viernes, 31 de octubre de 2014

Menrila: capitulo 6

Capitulo 6
Me quedé boquiabierta porque todos estaban estupendos… mentira. Me quedé boquiabierta porque Feinan estaba igualito que mi hermano. Si tuviera los ojos marrones sería su copia idéntica. El traje que tenía puesto también era de mi hermano y el de Kyle era el de mi padre. Me entró un poco de nostalgia, pero estaban muy guapos. Michelle también estaba preciosa, aunque para mí solía estarlo siempre. Lo que llamó mi atención fue su pelo, lo tenía más definido de lo habitual; le quedaba genial.

Ellos también se quedaron boquiabiertos al verme y yo les sonreí. Fui a donde estaban y Feinan me preguntó con su peculiar sentido del humor:
- Perdona, ¿has visto a Reira? Es que he quedado con ella para ir a la fiesta y no aparece por ningún lado.



- Eres tonto.-le dije.
- De nacimiento. –intervino Kyle guiñándole el ojo a Feinan.
Mi madre me llevó casi volando hasta la cocina donde se encontraba mi abuela.
- Oh, mi pequeña. –me dijo mi abuela- Estás preciosa. Te pareces mucho a tu madre cuando tenía tu edad. –y la ayudé a levantarse de la silla para que me pudiera abrazar. Luego me susurró al oído. –Mañana cuéntame cómo besa ese muchacho tan guapo eh.
- ¡Abuela! -grité alborotada. Pero ella me ignoró y le dijo con la mano a Feinan que se acercara. Él le hizo caso.
- Cuida bien de mi niña y no hagáis tonterías. –le dijo entonces. Yo me llevé la mano a la frente sin poder creerme lo que oía.



- Se lo prometo –le aseguró Feinan con una amplia sonrisa.
Mi abuela se nos quedó mirando un rato más y luego nos cogió una mano a cada uno. Dijo:
- Que pareja más bonita. –mi abuela sabía perfectamente cómo hacerme enrojecer y en esta ocasión también lo consiguió. Se sentó en la silla y me advirtió- Brad (el anciano que toca la guitarra) me dijo que él se irá a las ocho, no me acuerdo porque pero a partir de ese momento podrás bailar con este muchacho tan guapo.
- Creo que nos tenemos que ir yendo. –dije con la intención de escaparme de una vez de allí.
Nos juntamos con Michelle y Kyle y nos fuimos a la plaza. Ya había mucha gente, desde niños pequeños hasta ancianos. Entre ellos encontré a Brad y me fui a donde él después de prometerle a Feinan que volvería en una media hora. No quería dejarlo solo, sino se aburriría como una ostra.
Mientras yo estaba con Brad, Jaden y su acompañante (no sé si sería su novia o no) fueron a donde los demás. Entonces Jaden le dijo algo a su chica y ella se alejó de allí.
- Fe-no sé qué ¿puedo hablar contigo? –le preguntó Jaden entonces a Feinan.
- No. –respondió éste secamente.
- ¿Tienes miedo? –intentó chincharle.
- No veo nada por lo que deba asustarme –dijo Feinan mirando a ambos lados.
- Vale. Entonces te lo digo de otra manera: voy hablar contigo, quieras o no. –espetó Jaden.
- Eres un poco pesado ¿lo sabías? –bromeó Feinan entonces.
- Pues entonces te lo digo aquí y ahora: Reira es mía. –dijo Jaden muy seguro.

- ¿Y entonces por qué no está contigo? –dijo Feinan sin alterarse pero por dentro estaba rabioso.- Mira, si quisiera estar contigo, no estaría conmigo.
- Una chica así, nunca debería estar con un perdedor como tú. –espetó Jaden.
- Así ¿cómo? ¿preciosa? Pues te digo una cosa: déjanos en paz, tú ya tuviste tu oportunidad y la fastidiaste. Así que ya sabes. –Feinan dejó claramente el asuntó y Jaden se alejó de allí.
Ya eran las siete y media… ¡tenía que cantar! Estaba nerviosísima. Brad empezó a tocar la guitarra y me di cuenta de que debía empezar ¡ya! Y eso hice.
Canté lo mejor que pude hasta las ocho menos cinco. Vi que Feinan estaba sentado en una silla y con una cara de aburrimiento… que se me ocurrió una idea para darle un susto.
- Me gustaría cantar la última canción con un amigo mío que está sentado en aquella silla medio rota de allí. –anuncié- ¿Vienes? –le pregunté a Feinan con una sonrisa maligna.
Él puso una cara como diciendo: ¿estás hablando en serio?
- Ven. –le dije.
- Que vaya, que vaya, que vaya, que vaya –empezó toda la gente menos Jaden y al final Feinan cedió.
Vino a donde estaba yo y me susurró:
- ¡Yo no sé cantar!



- Claro que sabes –le susurré yo a él y luego les dije a todos- ¿Cantamos todos?
Algunos dijeron: ¡claro! Otros: ¡sí! Otros: ¡vamos! Pero todos dieron su afirmación.
Lo que pasó a continuación fue alucinante. Todos cantábamos a pleno pulmón y también me divertí bailando con Feinan. La verdad es que reí más que canté. Ya eran más de las ocho y Brad se tenía que ir. Nos despedimos y él se fue.
Feinan y yo decidimos bajar a un lado de la plaza, donde estaban Michelle y Kyle con una señora con la que Michelle se llevaba muy bien. (Luisa, la señora que cuidó de Michelle como si fuera su propia hija cuando su madre murió).

- Vaya voz que tienes –me dijo Luisa. Yo no sabía que decir y me quedé callada sonriendo– bueno, me tengo que ir, hasta pronto –nos dijo a todos y se alejó hacia su casa.
Entonces Kyle y Michelle intercambiaron una mirada y nos dijeron:
- Eh… hasta mañana.



Nosotros nos quedamos con unas caras de no entender nada, pero Feinan pronto supo cómo aprovechar la ocasión diciéndoles:
- Ah, ya entiendo. Queréis estar solos. Por nosotros genial ¿a que sí Reira?
- ¡Claro! –dije yo.
- ¡¿Qué?! –dijeron alborotados.
- Que no pasa nada… no tenéis porque darnos explicaciones… tranquilos… -insistió Feinan.
- Yo te mato –le advirtió Kyle- Os aseguramos que no es eso. -Michelle hizo un gesto de afirmación- Además, es justo lo contrario ¿A que sí, Fein?
- Calla –le dijo éste muy serio y ellos rieron. Yo no entendía nada, pero antes de que me diera tiempo a preguntar, Michelle y Kyle se fueron.
- ¿Qué pasa? –le pregunté a Feinan.

- Nada. –dijo él desviando la mirada y se quedó mirando al otro lado. Yo le moví la cara con la mano para que me mirase y me dijera lo que escondían, pero él no dijo nada. –Da igual –dijo al final- ¿Quieres bailar?

- Supongo –dije quedándome con las ganas de saber lo que se tramaban, pero conociendo a Feinan no me lo contaría, era demasiado cabezota.
La gente estaba bailando justo en el centro de la plaza y nos dirigimos allí. Que oportuno fue. ¡Justo cuando llegamos, empezaron a tocar una lenta! Luego entendimos porque fue tan oportuno: Kyle y Michelle estaban al lado de los músicos. Si fuera legal… ¡los mataría! ¿Por qué se comportaban así? Estaba confusa. ¡Ni que fuéramos novios!
Feinan alargó su mano para que yo la cogiera y luego sonrió tímidamente (lo que era descomunal en él). Yo se la cogí y entonces me dijo:
- Ahora veremos si bailas igual que cantas.
Si me obligaran a admitirlo diría que el chico sabía bailar. Yo, al contrario, nunca había bailado una lenta y me dejaba llevar por él. Entonces, la música se apaciguó y nos quedamos mirando el uno al otro, como nunca lo habíamos hecho, como si nos hubieran hechizado. Me atrajo más hacia él y yo no puse resistencia, me gustaba la idea. Sus fuertes y firmes brazos me sujetaban por la cintura y yo tenía los míos detrás de su cuello, de modo que podíamos seguir observando el uno al otro. La canción terminó y sin que me diera cuenta ya tenía sus labios encima de los míos. No sabía si había sido él o yo el que dio el paso, pero no me importaba. Solo quería que el tiempo se congelara y que siguiera teniéndolo tan cerca como lo tenía ahora. Algunos nos miraban, pero tampoco me importaba.



Apoye mi cabeza en su pecho, sintiendo el latido de su corazón más rápido de lo normal. Estuvimos un rato más de aquella manera hasta que empezaron a tocar una canción muy alegre. Sin decir ni una palabra, decidimos ir a una esquina de la plaza, justo al lado de un callejón sin salida.
- Esta fiesta es mucho mejor que la de mi pueblo –me dijo con su sonrisa asombrosa.- me alegro de estar aquí, contigo. –yo me acurruqué contra él y su sonrisa se amplió. Paso un buen rato y añadió- ¿Sabes? Antes no te lo he dicho pero… estás preciosa con ese vestido.
- No es mi estilo –dije y se rió- y oye… tú… tampoco estás nada mal, quiero decir, te queda bien el traje –entonces me hizo cosquillas. - ¡Feinan, eso no vale!
Pero él siguió haciéndome cosquillas, parecíamos niños pequeños. Luego decidí ponerlo a prueba.
- Vale, te has puesto el traje pero, apuesto a que se te ha olvidado la promesa –le aseguré.
-¿Qué promesa? ¿Hablas del puñal? –me preguntó acodándose de ella.
- Sí. Si no, ¿cómo vas a salvarte?
- Pero ¿por qué necesitaría salvarme ahora? –dijo extrañado y yo, que tenía la cuchilla enredada con una cuerda en el tobillo, la saqué y la sujeté al lado de su cuello.- ya entiendo.- dijo entonces.
- Me lo prometiste –dije poniendo una cara triste.
- Ah, lo siento mucho –me dijo. Yo me reí y luego le besé.
- No pasa nada –le dije guardando la cuchilla de nuevo donde estaba. –Pero una vez… bueno, el año pasado, nos atacaron en plena fiesta. Por eso te lo decía, quería asegurarme de que no te pase nada.
- Y Jaden no supo protegerte –dijo para sus adentros pero yo lo oí.
- No hables de ese pesado –dije.
Él recuperó su sonrisa y me besó, me dio un beso tierno. Pero luego me besó otra vez, con más fuerza, con más pasión. Esta vez sí que me di cuenta de lo mucho que me importaba, y eso, conociéndolo tan poco.




Escrito por: Seira Vela

Todos los derechos de autor reservados. Se prohiben copias, parciales o totales, de la historia. Tampoco adaptaciones.


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